Reformar un piso para su venta es una práctica cada vez más común. Sólo en la Comunidad de Madrid ya se estima que más del 50% del parque de vivienda precisa de una reforma por lo que llevarla a cabo para facilitar la venta y conseguir un mejor precio es una práctica legítima y muy interesante tanto para cliente particular como para inversor.
El problema con el que se topa de lleno el comprador es que no siempre estas supuestas “reformas” representan una mejora real sobre el inmueble. Aplicar un lavado de cara en viviendas que precisan de una renovación profunda en sus instalaciones o el empleo de materiales de muy baja calidad, hacen que en pocos años una vivienda adquirida con la etiqueta de “reformada” o “para entrar a vivir” tenga serios problemas que implicarán un desembolso importante en un futuro cercano.
Es por eso que hoy queremos hacer una pequeña lista con las alertas más comunes que pueden ser un indicador de que esa casa no es la oportunidad que aparenta
1 – Instalaciones obsoletas: revisa siempre el cuadro eléctrico
Por muy nuevos que parezcan los enchufes o interruptores, un cuadro eléctrico antiguo, pequeño, con cableado de aluminio o sin diferenciales modernos es una señal de que la instalación no ha sido renovada.
Un sistema eléctrico obsoleto no solo puede suponer un problema de seguridad, sino que también podría implicar una costosa actualización en el futuro.
2 – Humedades y grietas sospechosas
Las manchas de humedad en techos o paredes, especialmente en espacios colindantes con baños y cocinas, pueden ser un indicio de filtraciones o problemas estructurales.
Algunas reformas superficiales ocultan estos defectos con pintura o placas de yeso pero no se encargan de subsanarlos, por lo que es importante inspeccionar bien y preguntar por el estado de la fontanería y el aislamiento.
3 – Materiales de baja calidad y acabados deficientes
Un suelo laminado de mala calidad, puertas endebles que suenan a hueco o azulejos mal colocados son signos de una reforma hecha con el menor coste posible, sin aportar elementos de calidad.
Si los acabados no son buenos a simple vista, es probable que la ejecución de la obra tampoco lo haya sido, lo que podría derivar en problemas a corto plazo.
4 – Distribución poco funcional o alteraciones sin licencia
Algunas reformas incluyen cambios en la distribución sin seguir criterios prácticos o, peor aún, sin seguir la normativa correspondiente.
Asegúrate de que las habitaciones de la nueva distribución cumplan con los metros cuadrados mínimos y la ventilación necesaria establecida por la legislación, así como con una distribución lógica y cómoda para el uso diario.
Si la venta es una vivienda “recién reformada” se debería solicitar que la licencia esté en orden y la garantía de obra que ofrezca la constructora que ha realizado el proyecto.
5 – Falta de eficiencia energética
Un buen aislamiento térmico y ventanas de calidad son clave para evitar problemas de temperatura y consumo elevado de energía.
Si la vivienda no cuenta con un sistema eficiente de calefacción y refrigeración pronto dará la cara y se reflejará en la factura de los suministros.
¿Cómo asegurarnos de no caer en trampas ocultas?
En Estudio Matera sabemos lo importante que es tomar una decisión informada al comprar una vivienda reformada. Por eso, ofrecemos servicios de asesoramiento personalizado e incluso acompañamiento en visitas para ayudarte a detectar posibles problemas antes de cerrar la compra, para que puedas invertir con seguridad y sin sorpresas inesperadas.
Si estás buscando tu próximo hogar o una oportunidad de inversión, contáctanos y te ayudaremos a tomar la mejor decisión.